Picea garantiza un suministro energético fiable en invierno almacenando el excedente de energía solar como hidrógeno durante el verano. Cuando la luz solar es escasa, el hidrógeno almacenado se introduce en una pila de combustible para generar electricidad para calefacción (mediante bombas de calor) y uso doméstico. La recuperación de calor residual del sistema captura hasta el 90 % de la energía procedente del funcionamiento de la pila de combustible, calentando directamente el agua o el ambiente. En meses fríos, Picea puede cubrir el 100 % de la electricidad necesaria para un hogar y el 50 % de sus necesidades de calefacción, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y mitigando las subidas de precios de la energía en invierno. Esto se alinea con la normativa alemana de 2025 que exige un 65 % de calefacción renovable en edificios nuevos.
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